Desarrollando la Estructura para una Gestión Efectiva de Calidad del Aire
3.3 Definiendo Objetivos de Calidad de Aire para una Región
3.3.1 La Necesidad de Establecer Objetivos de Calidad de Aire
Intentar llevar adelante un esfuerzo de gestión de calidad de aire sin objetivos claros puede ser una forma exasperante e inefectiva de tratar de mejorar la calidad del aire. Objetivos claros permiten que cada individuo involucrado en la región comprenda lo que se está intentando lograr y genera la fuerza conductora necesaria para lograr reducir la contaminación. Es entonces crítico para una determinada región convertir la definición de objetivos de calidad de aire en el primer paso del proceso de gestión. Sin objetivos este proceso es como un barco sin timón, donde el proceso de gestión de calidad de aire navegará a la deriva, en medio de acalorados debates sobre la necesidad de seguir adelante y de cómo hacerlo más rápido más lejos. Los grupos encargados de definir políticas al respecto necesitan despejar este tipo de problemas al inicio del proceso de gestión de calidad del aire. Es entonces cuando los actores tecnológicos pueden hacer avanzar este proceso. Las magnitudes de los estándares que han sido establecidos están normalmente basadas en los impactos que se producen sobre la calidad del aire. Estos impactos pueden ser sobre la salud de los seres humanos, bienestar social o impactos ecológicos. Los impactos en salud de seres humanos normalmente consideran tanto aquellos de corto plazo o agudos, tales como muerte o debilitamiento, así como los impactos crónicos de largo plazo, tales como tales como cáncer o deficiencias inmunológicas. Los impactos sobre el bienestar social cubren un rango amplio de aspectos desde daños a la agricultura, estructuras o modificaciones a la vegetación natural, así como degradación de la visibilidad y contaminación ácida en lagos. Los impactos ecológicos incluyen cambios en el clima global, pérdida de hábitat, y problemas similares.
Tanto en el pasado como en la actualidad ha habido considerables debates acerca de quiénes o qué deben ser protegidos por estos estándares. En el caso de la salud de las personas la pregunta más recurrente es ¿a quién debemos proteger?, ¿debemos proteger a los individuos más sensibles que existen en nuestra sociedad, o debemos proteger al individuo promedio? En los Estados Unidos, las leyes relacionadas con el establecimiento de estándares de salud han sido interpretadas tal que requieran la protección de todos los miembros de la sociedad con un margen de seguridad. Este margen debiese ser interpretado de manera que ayude a proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad, lo cual debiese ser así en cierto grado. Sin embargo, esto no significa que no existan individuos que puedan sufrir daños al respirar aire que cumpla con los estándares de calidad vigentes en los Estados Unidos. Al parecer siempre existe un grupo de individuos extremadamente sensibles que pueden ser afectados de todas maneras. No existe ningún intento en los Estados Unidos por desarrollar una formulación matemática para determinar cuán lejos al interior de los grupos más sensibles de la población deben considerarse estos estándares. Usando definiciones similares a la empleada en los Estados Unidos como nación, diferentes Estados han determinado diferentes niveles de estándares y la acumulación de grandes cantidades de información en salud siempre ha resultado en una mayor exigencia para estos estándares. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos es la encargada de revisar los estándares de calidad de aire a nivel nacional a medida que se genera nueva información.
Un objetivo efectivo de calidad de aire debiese consistir en determinar tres parámetros igualmente importantes, donde todos ellos debiesen ser definidos al principio del proceso de desarrollo de los objetivos:
• El nivel de contaminación de aire (alías para un estándar) que debe ser logrado
• Una línea de tiempo para alcanzar el nivel deseado
• Consecuencias si no se logra alcanzar el objetivo
El propósito de esta sección del Capítulo 3 es discutir sobre los estándares de calidad del aire en el contexto de establecer objetivos para una región que apoyen el proceso de gestión de calidad del aire, y se invita al lector a revisar el Capítulo 2 para una discusión más exhaustiva de los estándares de calidad de aire.
Tanto en el pasado como en la actualidad ha habido considerables debates acerca de quiénes o qué deben ser protegidos por estos estándares. En el caso de la salud de las personas la pregunta más recurrente es ¿a quién debemos proteger?, ¿debemos proteger a los individuos más sensibles que existen en nuestra sociedad, o debemos proteger al individuo promedio? En los Estados Unidos, las leyes relacionadas con el establecimiento de estándares de salud han sido interpretadas tal que requieran la protección de todos los miembros de la sociedad con un margen de seguridad. Este margen debiese ser interpretado de manera que ayude a proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad, lo cual debiese ser así en cierto grado. Sin embargo, esto no significa que no existan individuos que puedan sufrir daños al respirar aire que cumpla con los estándares de calidad vigentes en los Estados Unidos. Al parecer siempre existe un grupo de individuos extremadamente sensibles que pueden ser afectados de todas maneras. No existe ningún intento en los Estados Unidos por desarrollar una formulación matemática para determinar cuán lejos al interior de los grupos más sensibles de la población deben considerarse estos estándares. Usando definiciones similares a la empleada en los Estados Unidos como nación, diferentes Estados han determinado diferentes niveles de estándares y la acumulación de grandes cantidades de información en salud siempre ha resultado en una mayor exigencia para estos estándares. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos es la encargada de revisar los estándares de calidad de aire a nivel nacional a medida que se genera nueva información.
Un objetivo efectivo de calidad de aire debiese consistir en determinar tres parámetros igualmente importantes, donde todos ellos debiesen ser definidos al principio del proceso de desarrollo de los objetivos:
• El nivel de contaminación de aire (alías para un estándar) que debe ser logrado
• Una línea de tiempo para alcanzar el nivel deseado
• Consecuencias si no se logra alcanzar el objetivo
El propósito de esta sección del Capítulo 3 es discutir sobre los estándares de calidad del aire en el contexto de establecer objetivos para una región que apoyen el proceso de gestión de calidad del aire, y se invita al lector a revisar el Capítulo 2 para una discusión más exhaustiva de los estándares de calidad de aire.