Desarrollando la Estructura para una Gestión Efectiva de Calidad del Aire
3.3 Definiendo Objetivos de Calidad de Aire para una Región
3.3.4 Un Calendario para Lograr Cumplir los Estándares de Calidad del Aire
Cuando se compara un estándar de calidad de aire con los niveles de contaminación existentes, esto puede en sí mismo constituirse en un medio de información al público sobre el alcance o importancia de la contaminación atmosférica. Sin embargo, este resultado en sí mismo constituye una meta pobre. Para que un objetivo tenga un impacto significativo, es necesario que exista un calendario definido para lograr los estándares de calidad de aire, así como las consecuencias que ocurrirían si no se logra cumplir con el estándar en la línea de tiempo establecida. Cuando los estándares son definidos sin ser acompañados de un calendario, el progreso alcanzado hacia la calidad de aire es menor porque la tecnología de control de contaminación atmosférica está siempre confrontada con el debate de cuán rápido avanzar. Las soluciones para virtualmente todos los problemas de calidad de aire requieren cambios importantes en la sociedad, variando desde la adición de equipamiento de control por parte de la comunidad industrial hasta la necesidad de hacer cambios en los estilos de vida. Estos cambios pueden costar considerables sumas de dinero o pueden resultar en quiebres sociales. Por lo tanto, las partes involucradas que deben pagar el costo o sufrir estos quiebres sociales casi siempre se oponen vigorosamente a ellos. Estas acciones tienden a retrasar o detener el proceso de mejoramiento de calidad del aire que no considera un cumplimiento claro de acuerdo a un calendario establecido por los tomadores de decisión. La selección del calendario es un cambio difícil e importante que debe balancear los riesgos en salud con consideraciones económicas y sociales. Un ejemplo de la falta de efectividad de una meta sin calendario es el programa de estándares de calidad del aire de California, los cuales han sido definidos por algún tiempo pero no incluyen una fecha límite ni las consecuencias por no cumplir el estándar. Por lo tanto, se ha logrado un progreso escaso por sobre y más allá de los estándares nacionales para el cumplimiento de los estándares específicos en California.
El calendario debiese incluir hitos con metas numéricas tanto para los objetivos intermedios como para el final. Esto permite llevar a cabo planificaciones de corto y largo plazo, así como poder determinar si un progreso significativo ha sido alcanzado tempranamente en el proceso. El objetivo intermedio es usualmente definido en base anual. La experiencia en California y los Estados Unidos ha indicado que es posible reducir las emisiones a una tasa de 5%-8% por año sin quiebres económicos significativos. Considerando que esta experiencia no puede ser extrapolada directamente a otros países, es al menos una referencia que puede ser considerada. Una reducción de la contaminación de 5% anual significa que las emisiones de contaminantes atmosféricos serán bajados a la mitad en 13 años, mientras que una reducción de 8% anual significa que las estas mismas emisiones serán la mitad en cerca de 8 años. Los Angeles en California, Estados Unidos, ha reducido sus emisiones en torno a 50% cada 10 años con una tasa de reducción anual de 7% desde 1977. Los países que inicien programas de reducción de calidad de aire y que tengan poco control hasta la fecha debiesen poder tomar ventaja de los controles aplicados en otras partes del mundo y alcanzar una tasa de reducción anual de 10%.
La fecha límite para la meta final en el largo plazo también es necesaria si el estándar no puede ser cumplido en un plazo igual o inferior a dos años. Esta fecha límite es a menudo establecida en torno a 5 o 10 años en el futuro. La meta de largo plazo es útil porque provee un medioambiente estable para emprender esfuerzos de largo aliento, donde procesos de gran escala y cambios de capital intensivos solo pueden tener sentido si existe un periodo largo de proyección. Estableciendo una estrategia completa de largo plazo enviará la señal para que los cambios mayores que son necesarios puedan ser realizados y el compromiso por el cambio, independiente de vaivenes políticos o económicos, no se perderá.
El calendario debiese incluir hitos con metas numéricas tanto para los objetivos intermedios como para el final. Esto permite llevar a cabo planificaciones de corto y largo plazo, así como poder determinar si un progreso significativo ha sido alcanzado tempranamente en el proceso. El objetivo intermedio es usualmente definido en base anual. La experiencia en California y los Estados Unidos ha indicado que es posible reducir las emisiones a una tasa de 5%-8% por año sin quiebres económicos significativos. Considerando que esta experiencia no puede ser extrapolada directamente a otros países, es al menos una referencia que puede ser considerada. Una reducción de la contaminación de 5% anual significa que las emisiones de contaminantes atmosféricos serán bajados a la mitad en 13 años, mientras que una reducción de 8% anual significa que las estas mismas emisiones serán la mitad en cerca de 8 años. Los Angeles en California, Estados Unidos, ha reducido sus emisiones en torno a 50% cada 10 años con una tasa de reducción anual de 7% desde 1977. Los países que inicien programas de reducción de calidad de aire y que tengan poco control hasta la fecha debiesen poder tomar ventaja de los controles aplicados en otras partes del mundo y alcanzar una tasa de reducción anual de 10%.
La fecha límite para la meta final en el largo plazo también es necesaria si el estándar no puede ser cumplido en un plazo igual o inferior a dos años. Esta fecha límite es a menudo establecida en torno a 5 o 10 años en el futuro. La meta de largo plazo es útil porque provee un medioambiente estable para emprender esfuerzos de largo aliento, donde procesos de gran escala y cambios de capital intensivos solo pueden tener sentido si existe un periodo largo de proyección. Estableciendo una estrategia completa de largo plazo enviará la señal para que los cambios mayores que son necesarios puedan ser realizados y el compromiso por el cambio, independiente de vaivenes políticos o económicos, no se perderá.